Todo el mundo se pregunta alguna vez cómo se han realizado algunas de las imágenes más impresionantes del Himalaya, del K2, del Annapurna. Fotografías y tomas de vídeo complicadas por las condiciones climatológicas que se dan a esas alturas: ¿qué material aguanta las temperaturas de las montañas más extremas del mundo?, ¿cómo se enfrentan los intrépidos escaladores-camarógrafos a este imposible?
Estas preguntas y muchas más nos las responde Luis Miguel López Soriano embajador de Samyang Iberia y Azden en una entrevista que nos concede hoy desde el campamento base del Dhaulagiri dónde se encuentra actualmente con la expedición IFEMA con Carlos Soria.
Luismi, todo el material que llevas utiliza baterías o pilas en muchos casos, es bien conocido por todos que con el frío la duración de las mismas disminuye notablemente, ¿cómo gestionas este problema y de qué dispones en el campamento base y en el resto para solucionarlo?
El frío, sin duda, es uno de los mayores problemas a la hora de utilizar aparatos electrónicos y cámaras en este tipo de entornos.
En el campo base disponemos de un generador de gasolina, con el que alimentamos todo lo necesario para tener las cámaras disponibles, así como el ordenador, para editar foto y vídeo y la antena satélite, para realizar los envíos. Pero, durante la ascensión, no hay posibilidades de cargar las baterías así que hay que intentar cuidarlas lo máximo posible, protegiéndolas del frío y, sobre todo haciendo un uso muy racional de la cámara.
Esa es mi máxima preocupación y objetivo. Tienes que aprovechar al máximo cada toma de vídeo y foto, consiguiendo el mejor material posible realizando las mínimas tomas. Hay que dosificar al máximo la energía de las baterías de la cámara y de uno mismo.
Una vez solucionado el tema de las baterías ¿cómo se vive una expedición detrás de la cámara y qué precauciones se han de tomar cuando se graba en esas circunstancias?
El poder trabajar en una expedición al Himalaya realizando tu trabajo como profesional de la fotografía y el vídeo supone un gran privilegio para una persona cuyas dos grandes pasiones son la montaña y su oficio. Existen dos tipos de trabajo diferenciado, durante este tipo de actividades, el que se realiza en el campo base, (grabación de entrevistas, entorno con trípode, time lapse, edición, envíos…) y el que se realiza durante la ascensión a la montaña, donde tus recursos son mínimos y la exigencia de las condiciones ambientales, frío, altura, cansancio… son muy superiores.
¿Cómo realizas el cambio de objetivos en la cámara?
En el campo base las comodidades son mayores y tienes más herramientas disponibles para realizar tu trabajo. En la montaña, normalmente, trabajas con un único cuerpo y objetivo y no te planteas cambios de objetivos a más de seis mil metros, todo tiene que ser lo más polivalente y práctico posible.
¿Cómo controlas los cambios de temperatura que sufren los objetivos en esas condiciones?
La cámara siempre la llevo pegada a mí accesible en cada momento de la ascensión e intentando protegerla con mi cuerpo. Por la noche, en los campos de altura, duerme pegada a mi saco de dormir.
El procesado y montaje de vídeo, ¿lo haces directamente en el campamento base?; ¿cuál es el proceso real del vídeo hasta que lo subes a las redes sociales o a la web?
Toda la edición de foto y vídeo la realizo en el campo base, con mi portátil. Cuando bajo de la montaña, rápidamente, monto una pieza de una duración media de dos minutos, donde intento combinar el mayor número de planos, para dar ritmo y poder contar lo máximo en el mínimo espacio de tiempo y peso de archivo. Normalmente las imágenes van apoyadas con declaraciones de Carlos Soria. En el campo base dispongo de una tienda de comunicaciones, donde paso el mayor tiempo. Aquí realizó la postproducción completa de las piezas de vídeo: edición de vídeo y audio, etalonaje, grafismo…
Una vez comprimidas, las envío a las redes sociales de Carlos Soria (Yosuboconcarlossoria) directamente desde el campo base, así como al patrocinador, IFEMA, a través de una antena satélite Thuraya. Para enviar un par de minutos de vídeo puedo necesitar varias horas, pegándome con la antena. Realmente, a pesar de estar acostumbrados a la inmediatez de los sistemas de comunicación actual, casi resulta un milagro que podamos estar enviando este tipo de contenidos, a pocas horas de bajar de una gran montaña, desde las mismas entrañas del Himalaya.
Llevas muchas expediciones a los hombros y nos gustaría conocer ¿cómo tomas las decisiones de qué material llevar a cada una de ellas? ¿llevas siempre el mismo equipo o dependiendo de la expedición aumentas o disminuyes la cantidad de material?
Con Carlos Soria he tendido el privilegio de compartir catorce expediciones, en el Himalaya, trabajando en la comunicación audiovisual. Antes de ir con él ya llevaba unas cuantas a diferentes cordilleras del mundo.
En mi trabajo me gusta innovar y añadir algo nuevo en cada expedición. Buscar nuevos puntos de vista, investigar en la comunicación audiovisual, sin conformarte con lo que llevas haciendo durante años. Ante todo buscar la calidad artística de la fotografía, no es suficiente dar testimonio, me gusta cuidar mucho la imagen.
El equipo de trabajo tiene que ser lo más ligero posible, ofreciendo la máxima calidad, de la manera más eficiente posible. Son mis tres premisas claves, a la hora de preparar mi material.
Actualmente, ¿cuál es el material mínimo que llevarías a cualquier lugar del mundo fuera de una expedición?
Un cuerpo de cámara, mejor dos, resistentes, que me ofrezcan muy buena respuesta a las inclemencias del tiempo, manteniendo muy buena calidad. Un buen objetivo, polivalente (angular-tele), un 50mm luminoso para entrevistas y retratos y opcionalmente, un teleobjetivo o un gran angular.
Para el vídeo, equipo de sonido: micro de cañón corto y micro de corbata. Trípode ligero, aunque nunca lo subo a la montaña, pero en el campo base lo uso para entrevistas, paisaje y time lapse y desde hace unas cuantas expediciones también he incorporado un drone.
En las últimas expediciones has introducido un drone como soporte para la grabación de vídeo, nos consta que has volado por encima de los 6000 metros obteniendo imágenes espectaculares, ¿cómo acoplas el drone a la mochila de alpinismo y cómo afecta la altura al vuelo del drone para la grabación de vídeos?
Hace casi dos años decidí incorporar el dron a mi equipo de trabajo. Soy piloto y operador autorizado por AESA. Acostumbrado a las tomas convencionales, desde el suelo, poder despegar y ver el Himalaya desde el aire ha supuesto un cambio alucinante.
Por supuesto, supone meter más cacharros en la mochila y más responsabilidades. Las baterías del dron hay que calentarlas mucho, antes de poder volar en mitad de la nieve. La altura afecta mucho a la sustentación del dron, debido a la baja densidad del aire, especialmente a partir de 6.000m, donde cualquier maniobra resulta mucho más delicada. Tu propio cansancio, ya que estás realizando una ascensión a una gran montaña, puede afectar a la concentración durante el vuelo. Pero el resultado es simplemente alucinante.
El mercado audiovisual se encuentra en un proceso de evolución constante y cambiante en cuanto a modas, materiales y recursos. ¿Cuál crees que es el factor más determinante en la expedición para elegir introducir un drone en tu equipo?
El dron te permite una libertad tremenda de movimientos y aporta un punto de vista clave para entender las dimensiones del lugar donde te encuentras. Sin duda merece la pena el esfuerzo de echarlo a la mochila y tener otra preocupación añadida de baterías y mantenimiento. Por la noche, en los campos de altura, también lo utilizo como almohada.
Muchas gracias por contestar a nuestras preguntas y, sobre todo, mucha suerte con la ascensión junto a Carlos Soria y el resto del equipo al Dhaulagiri.
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Texto: Susanne Semrau
Fotografías: Luis M L Soriano
Portada: Julio C Fdez