Erik Johansson es un surrealista fotógrafo sueco afincado en Praga, República Checa, que trabaja tanto en proyectos personales como por encargo con clientes de todo el mundo. Como fotógrafo, Erik Johansson pone a prueba los límites entre lo que es real y lo que es ficción. Describe su estilo único y aclamado como «ideas irreales aplicadas de forma realista». Para él, fotografiar es más bien recopilar material para materializar sus ideas, y una imagen acabada puede constar de cientos de imágenes fotográficas. Cada nuevo proyecto es un nuevo reto y el objetivo de Erik es que cada imagen parezca lo más realista posible.

Erik creció en una granja de Götene (Suecia). «Crecer en la campiña sueca ha influido mucho en mi estilo visual. Muchos de los ambientes que utilizo en mis cuadros son lugares cercanos a donde crecí, con amplios paisajes abiertos y pequeñas casas rojas». Erik se interesó por el dibujo y los ordenadores desde muy joven, escapando a otros mundos a través de los juegos de ordenador. «Cuando tenía 15 años conseguí mi primera cámara digital, que me abrió nuevas puertas», dice Erik. Sin embargo, lo que más le interesaba era la manipulación de la fotografía, poder crear algo que no se podía captar con la cámara.

En 2005 se trasladó a Gotemburgo para estudiar Ingeniería Informática en la Universidad Tecnológica de Chalmers. Durante sus estudios, empezó a publicar fotos en Internet, lo que a su vez le valió ofertas de trabajo por encargo de varias agencias de publicidad. Comenzó a trabajar por cuenta propia paralelamente a sus estudios, consiguiendo cada vez más encargos. Al graduarse en Chalmers, decidió seguir trabajando como fotógrafo autónomo a tiempo completo. «Aunque nunca trabajé como ingeniero, tengo un enfoque de resolución de problemas en la forma de crear mis fotografías».

Erik trabaja con una Hasselblad X2D-100c y diferentes objetivos Hasselblad. Para más información al respecto espera hasta ver los créditos al final de los vídeos.

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